Indice de Contenidos
- 1 1.- ¿Cuál es mi propósito?
- 2 2.- ¿Quién es nuestro público objetivo?
- 3 4.- ¿Cómo me pongo en situación del lector?
- 4 5.- ¿Cómo capto la atención e interés del lector?
- 5 6.- ¿Cómo muestro los beneficios de mi producto?
- 6 7.- ¿Cómo lo puedo Personalizar?
- 7 8.- ¿Cómo logro mantener el interés?
- 8 9.- ¿Cómo deben ser las fotos y texto?
- 9 10.- ¿Es necesario incluir testimonios?
Un folleto o es una herramienta de ventas y marketing tangible y creíble mediante el papel. El cliente puede tocarlo, pasar sus páginas y deleitarse con los beneficios del producto que se presenta mediante su impresión y envío. Podríamos decir que es la cara de un negocio en el exterior, como podrían serlo las tarjetas de visita, las revistas o carteles. Pero, ¿cómo hay que escribirlos y llevarlos a imprenta para motivar y propiciar el acto de compra?
Los soportes de comunicación impresos como los folletos o flyers todavía siguen siendo una excelente herramienta de promoción de los productos que queremos vender. A pesar del auge de Internet, los productos que están impresos aún mantienen su esencia de contacto y juegan un papel fundamental a la hora de forjar opiniones e incitar a comprar.
Cualquier folleto, díptico o tríptico es una parte integral dentro de la estrategia de comunicación de calidad de un negocio. Por tanto, es importante saber redactar adecuadamente y que los contenidos que aparezcan sean lo suficientemente atractivos para el lector en cada página una vez finalizada la impresión.
A continuación, te explicamos algunos puntos que se tienen que tener en cuenta a la hora de escribir e imprimir un folleto para que sea totalmente efectivo.
1.- ¿Cuál es mi propósito?
Cualquier soporte de estas características se escribe para vender. Podría ser una idea, un producto, un servicio o una imagen corporativa, pero en cualquier caso, su finalidad última, es vender.
Un negocio puede tener diferentes folletos para exponer su gama de productos, pero independientemente de esto, siempre debe construir y reforzar la imagen de la empresa en torno a todos sus valores. Por tanto, siempre que el espacio lo permita, hay que introducir un párrafo donde se explique quiénes somos, nuestros datos y qué hacemos.
2.- ¿Quién es nuestro público objetivo?
¿Estamos ante un folleto dirigido al consumidor final o vamos a centrarnos más en el distribuidor? Seguramente utilizaríamos un tono de voz diferente si nos dirigimos a un distribuidor o socio que a un cliente. Por tanto, a la hora de escribir también el estilo será diferente.
< style=»text-align: justify;» align=»JUSTIFY»>3.- ¿Cuál es el mensaje clave de mi folleto?
Hacer un pequeño estudio de la competencia y de los productos que ofrecen y cómo lo presentan, nos ayudará a desarrollar nuestro mensaje clave. ¿Qué es el rasgo diferencial que va a animar a un cliente a comprar nuestro producto? Escríbelo de forma atractiva y que pueda recordarse fácilmente.
4.- ¿Cómo me pongo en situación del lector?
Hay que ponerse en la piel del cliente e intentar responder a las preguntas que puedan surgirle. Se trata, en definitiva, de averiguar sus necesidades.
Por ejemplo, si tenemos previsto hacer un díptico sobre un nuevo modelo de coche no estaría mal empezar haciendo una lista con las preguntas que normalmente surgen cuando la gente visita un concesionario. En el caso de que el soporte que estamos elaborando se dirija a un accionista o posible socio habría que mostrar los beneficios de trabajar o invertir en nuestra empresa.
5.- ¿Cómo capto la atención e interés del lector?
Si se está haciendo un tríptico, por ejemplo, para una Universidad no estaría de más hablar con posibles estudiantes y observar cómo se expresan, lo que les interesa y luego escribir en un lenguaje en el que ellos se puedan sentir cómodos a la hora de leerlo.
6.- ¿Cómo muestro los beneficios de mi producto?
No hay nada más aburrido y menos interesante que encontrar un díptico de producto con una serie interminable de prestaciones o características técnicas que muchos consumidores apenas entienden. Se trata de traducir, es decir, convertir esas características en beneficios. Por ejemplo “un cuerpo completamente de acero” puede traducirse como “durabilidad”.
Se puede jugar también con las expresiones “es decir”, “esto es”, “por lo que”, “lo que significa que” seguido del beneficio asociado a la característica.
También hay que tener en cuenta que la gente olvida muy rápido. Es importante reforzar los puntos clave o importantes de la venta. Para ello volveremos a hacer hincapié en ellos en otra parte del texto o bien a través de cuadros o destacados a modo de resumen con los puntos principales.
7.- ¿Cómo lo puedo Personalizar?
En lugar de escribir para una amplia multitud es mejor hacerlo para una persona. Para ello es necesario conocer sus hábitos de compra, sus actitudes y escribir en base a ello.
Hay que dejar que el contenido del folleto siga una secuencia lineal lógica. Como el vendedor de un establecimiento, un soporte de estas características debe primero empatizar y conectar, después invitarlo a participar, a leer, para acabar motivándolo y persuadiéndolo a que compre el producto.
8.- ¿Cómo logro mantener el interés?
En todo folleto se tiene que generar expectativa. Sería algo así como ir de menos a más y crear cierta intriga para que el lector acabe leyéndolo por completo. Introducir un elemento sorpresa puede ser de gran ayuda.
9.- ¿Cómo deben ser las fotos y texto?
Hay que utilizar fotos para romper la rigidez del contenido . Diferentes estudios demuestran que los títulos y subtítulos en las imágenes siempre acaban leyéndose y son fácilmente recordados.
10.- ¿Es necesario incluir testimonios?
Si queremos ganar en credibilidad, dedica un apartado a poner testimonios de clientes, opiniones de expertos, etc. acerca de su experiencia con el producto.
Si se siguen todos estos pasos, lograremos, sin duda, un folleto, díptico o tríptico cien por cien eficaz que redundará en beneficios para nuestro negocio. Solo queda que recopiles los archivos y esperes que llegue tu envío en 24h
Fotos: Behance