Obtener un crédito o préstamo bancario para poner en marcha un negocio puede ser toda una odisea para un emprendedor. Son tantos los requisitos y tantos los frenos que ponen determinadas entidades bancarias, que muchos optan directamente por nuevas fuentes de financiación como son el crowdfunding y crowdinvesting.
Todos los que tienen ideas de negocio y quieren materializarlas y ponerlas en marcha se han topado con el problema de siempre: ¿de dónde saco el dinero? Y es que sin dinero desgraciadamente pocas cosas se pueden hacer. A las fuentes de financiación clásicas como son los préstamos y créditos de banco y cajas de ahorro, empiezan a sumarse otras alternativas como el crowdfunding y el crowdinvesting para tener liquidez y poder afrontar el proyecto. Pero ¿en que consisten y en que se diferencian?
El crowdfunding
Podríamos definirlo como una especie de micromecenazgo. Se trata de obtener dinero a partir de aportaciones económicas desinteresadas, es decir, gente anónima da dinero sin derecho a reclamación alguna posterior.
Es un buena alternativa para proyectos empresariales que no necesitan cantidades desorbitadas. Hay que proceder siempre de una manera muy concreta y es a través de la promoción online de nuestra idea de empresa.
Hoy en día, existen diferentes plataformas como www.verkami.com que nos brinda la posibilidad de introducir información sobre nuestro proyecto para empezar a recibir aportaciones en metálico. Ahora bien, incorporar información en su página, no significa que inmediatamente nuestro proyecto vaya a empezar a recibir dinero. El proceso que se sigue es el siguiente:
– Hay que hacer un descripción muy detallada del proyecto indicando la cantidad de dinero que se necesita y el plazo de tiempo en el que se va a conseguir.
– La plataforma analiza y estudia el caso y decide validarlo o no.
– Si se valida, a partir de ese momento, la gente puede hacer sus aportaciones económicas desinteresadas.
– Sólo se puede recaudar el dinero siempre que se alcance la cantidad marcada en el tiempo estipulado al principio.
Es importante que durante el tiempo que el proyecto sea público, se haga mucha difusión a través de redes sociales y campañas de email para darlo a conocer al máximo número de personas. Sólo así, podremos garantizarnos alcanzar la cifra.
Normalmente, como muestra de agradecimiento a la aportación realizada, la persona recibe algún tipo de recompensa. En el caso de un proyecto empresarial podría ser, por ejemplo, el envío de una muestra gratuita de producto o un descuento en una primera compra.
El éxito de un crowfunding depende de muchas variables, pero muchas veces no se consigue lo que se quería porque no se ha sabido promocionar bien o porque realmente se ha pedido una cantidad de dinero muy elevada a conseguir en muy poco tiempo. Una mala idea también puede estar detrás de un fracaso en crowfunding.
El crowdinvesting
El crowdinvesting podríamos definirlo como una evolución natural del crowfunding, pero mucho más específico y concreto para proyectos empresariales nuevos y startups. El funcionamiento es bastante similar, pero hay una gran diferencia.
A diferencia del crowfunding en donde la aportación realizada por la persona era totalmente desinteresada sin esperar a cambio ningún tipo de beneficio, en el crowdinvesting sí que se espera obtener algo. Las aportaciones la pueden hacer desde pequeños a grandes inversores y siempre se busca que la cantidad de dinero que se da, rinda y tenga beneficios también económicos a medio y largo plazo en forma de ingresos.
El mero hecho de invertir en este proyecto, le da al inversor el derecho de obtener participaciones en la sociedad que puede estar ya constituida o en proceso de creación. Esas participaciones irán generando unos beneficios anuales o se irán revalorizando y por tanto, generando unos ingresos en el inversor.
El crowdinvesting es también una manera de que muchos emprendedores puedan minimizar su riesgo ya que, en cierta manera, el proyecto está financiado y en manos de más de una persona.
Independientemente de la fórmula que se escoja, el fenómeno “crowd-“ está de moda como alternativa a las fuentes tradicionales de financiación.
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