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No todo se limita a hacer el diseño de un folleto, tarjeta de visita, díptico o cartel y enviar directamente a imprenta. Antes de proceder al envío del archivo es necesario hacer una serie de comprobaciones previas para que el trabajo que vemos en pantalla sea el mismo una vez impreso. A menudo, se cometen errores que retrasan el proceso y que obligan a modificar ciertos parámetros que no se han tenido en cuenta.
¿Qué tenemos que comprobar en un archivo?
Hoy en día los programas más utilizados para diseñar cualquier soporte gráfico son Adobe Indesign y Adobe Photoshop. Casi todos los diseñadores recurren a estos softwares para realizar sus trabajos por la versatilidad y posibilidades que ofrecen. Cuando se finaliza un diseño, lo más habitual es exportar el archivo en formato PDF, que se ha convertido en el estándar por excelencia de impresión. Es en esta fase, justo antes de hacer la conversión, cuando hay que realizar las siguientes comprobaciones.
1.- Sangrado:
Cualquier archivo siempre tiene que incorporar un perímetro de seguridad para que la guillotina que se utilizará una vez impreso el documento no corte ningún elemento de diseño (imágenes, textos, fondos). Para ello, independientemente del programa con el que se trabaje se dejará un sangrado o sangría de 3-5mm. Ante cualquier duda, la recomendación es preguntar a la imprenta que realizará el trabajo.
2.- Resolución de las imágenes a 300 dpi:
Aunque en ocasiones en la pantalla no se percibe, cualquier imagen que se incorpore en el diseño y no esté a 300 dpi (píxeles por pulgada) se verá borrosa y pixelada una vez impresa. Por tanto, siempre hay que evitar recurrir a fotografías a 150 dpi y menos aún a 72dpi. Actualmente existen bancos de imágenes por Internet, libres de derecho, con la resolución adecuada.
3.- Color:
Por defecto, tanto Adobe Photoshop como InDesign abren los archivos nuevos en RGB que es el modo de color que utilizan los monitores. Para imprimir un documento bien sea un flyer, una entrada, un tríptico o un catálogo, ser realizará la conversión a CMYK que es la forma como consiguen los colores las máquinas de impresión.
4.- Tipografías:
Si se trabaja con Indesign no tiene que haber ningún problema con la tipografía utilizada. El propio PDF que se genera incrusta las fuentes usadas. Ahora bien, cuando se envía otro formato de archivo, sí que podemos encontrarnos con errores, sobre todo si se ha trabajado con fuentes gratuitas descargadas de Internet. La solución pasa por trazarlas adecuadamente.
5.- Ortografía:
Parece un obviedad, pero cuando se trabaja a contrarreloj a veces no se hace una lectura pausada del texto que contiene el archivo. Antes de enviar a imprenta, conviene repasar todo para corregir aquellos errores de puntuación, ortografía y sintaxis que se hayan podido cometer.
6.- Numeración:
Si se ha diseñado un catálogo o cualquier otro archivo con varias páginas hay que vigilar que esté correctamente numerado. Para evitar cualquier error, nada mejor que utilizar la foliación automática que el propio programa de diseño o maquetación propone. En el caso de catálogos, ten presente que el número de páginas deberá ser siempre múltiplo de cuatro. Si la portada o contraportada van a imprimirse con un gramaje de papel diferente a las páginas interiores, se guardarán en archivos diferentes.
Fotos: Pinterest