Cuando desplegamos un díptico, visualizamos un cartel o nos disponemos a leer una información gráfica contenida en cualquier soporte, nuestra mirada hace un recorrido concreto de manera casi inconsciente. Si cuando diseñamos tenemos en cuenta cómo se desplazan los ojos y en qué dirección lo hacen, sabremos entonces dónde colocar correctamente la información que más nos interesa destacar.
Por la propia naturaleza de nuestro sistema de percepción visual y por razones culturales siempre se realiza una lectura siguiendo una dirección constante y preestablecida. En nuestro mundo occidental, cuando escribimos lo hacemos de izquierda a derecha y precisamente en ese sentido es como también decodificamos los mensajes gráficos.
Si tenemos en cuenta esta direccionalidad, el diseñador gráfico ya tiene el primer elemento a tener presente a la hora de incorporar los diferentes elementos gráficos en una composición.
Soportes a una página
Imaginemos que tenemos un folleto a una sola página. Cuando el lector lo reciba lo primero que hará será centrar su mirada en el margen superior izquierdo. Este punto será el inicio de su lectura y observación. Dará por completada su visualización cuando desplace su mirada hasta el margen inferior derecho. Pero ¿qué ocurre desde que entra la página hasta que la abandona? Pues que habrá avanzado en sentido descendente de izquierda a derecha y se habrá detenido una media de dos veces en cada bloque de información.
Soporte a dos páginas
En un soporte de dos páginas el recorrido visual que se realiza varía notablemente. Pongamos por ejemplo un díptico. En la portada, el lector realizará el mismo recorrido que hemos visto en el soporte a una página. Justo en el momento en que pasa la página comenzará el contacto visual con su interior. En este caso el primer contacto se realiza siempre por el margen superior derecho de la página impar, pero inmediatamente, una vez se ha desplegado el díptico se fijará la atención en la parte media del margen exterior izquierdo de la página par. Desde allí empezará a hacer una lectura de izquierda a derecha a través de la página y posteriormente pasará a la siguiente haciendo el mismo recorrido en la misma dirección hasta abandonar la lectura por el margen inferior derecho.
Puesto que el lector habrá hecho una lectura más exhaustiva en la página izquierda, la acumulación de información que ya ha recibido provocará que cuando recorra la página derecha lo haga de forma más rápida sin detener tanto su atención. Por tanto a la hora de diseñar el interior de un díptico colocaremos los datos de más interés en el margen superior derecho de la página y posteriormente en la zona media de la página izquierda. Si queremos que el lector recuerde algún dato (teléfono, mail, etc.), lo mejor es situarlo a la salida de la comunicación gráfica (margen inferior derecho).
Las imágenes
A la hora de colocar las imágenes tendremos en cuenta lo siguiente:
– Las más grandes si van enfrentadas con otras más pequeñas se colocarán a la izquierda.
– Cuando se combinen imágenes en color y en blanco y negro, las primeras se situarán en la zona izquierda para buscar un equilibrio.
– Cuando se enfrenten colores fríos con cálidos, los segundos irán a la izquierda puesto que los fríos son más ligeros visualmente y tienen menos fuerza comunicativa.
– Cuando las imágenes que se utilicen sean dinámicas se colocarán en el área donde existe mayor protagonismo visual. Si son estáticas, se ubicarán en las zonas con menor fuerza.
Es muy importante tener presente que las imágenes siempre tienen que mirar hacia “adentro” de la composición. Si dan la sensación de traspasar los márgenes, se estará impulsando la mirada a abandonar la página.
Fotos: Pinterest