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Las cinco reglas para diseñar un logotipo

Entre los nuevos propósitos del nuevo año quizás te hayas planteado convertirte en un nuevo emprendedor y lanzarte a una nueva aventura profesional abriendo tu propio negocio. Uno de los aspectos que deberás empezar a trabajar es el diseño de su imagen corporativa. El logotipo es el elemento gráfico más importante y que más fielmente debe transmitir aquello que vas a ofrecer a tus clientes. Te explicamos cómo debes diseñarlo para que no pase desapercibido.

 

El logotipo es la imagen que representará tu negocio de cara al público. De hecho es lo primero que ve la gente y el elemento que curiosamente más recuerda. Elegirlo no es una elección que deba ser tomada a la ligera. Antes de escoger el definitivo necesitarás esbozar muchas propuestas y rechazar otras tantas.

 

Es primordial que un logotipo recoja la esencia de la marca y comunique fielmente los valores de tu negocio. Debe ser capaz también de asociarse con el producto o servicio, inspirar confianza y vincularse emocionalmente con el público al cual va dirigido. Si en este momento te preguntáramos qué logotipos recuerdas, seguro que destacarías algunos memorables e icónicos como la famosa franja y tipografía de Nike o las letras en cursiva de Coca-Cola. Estas multinacionales han conseguido que millones y millones de personas sean capaces de hablar de su marca. Pero, ¿cuáles son los criterios que han utilizado y que debes tener en cuenta para crear un logotipo igual o más efectista?

1.- Simplicidad

Un logotipo simple es más fácil de reconocer y recordar. Está demostrado que cuando se opta por un diseño excesivamente recargado, con demasiados elementos gráficos, resulta más difícil de asimilar y retener en la memoria del cliente.  Ahora bien,  que sea simple no significa que sea fácil de realizar. De hecho, conseguir un diseño “aparentemente” sencillo es mucho más complicado que uno sobrecargado. Para conseguir esa simplicidad te recomendamos lo siguiente:

– Escoger una tipografía legible por cualquier público de cualquier edad.

– Eliminar todo elemento superfluo que no sea estrictamente necesario.

– Evitar las sombras o degradados.

– Limitar los colores. Con 3 tonos tendrías que tener más que suficiente.

 

2.- Versatilidad

Un logotipo se debe poder utilizar posteriormente en cualquier soporte: tarjeta de visita, página web, papelería de oficina, en una camiseta promocional, etc. Para conseguirlo te aconsejamos que antes de darlo por bueno y por acabado lo conviertas en blanco y negro, inviertas sus colores e incluso juegues con sus dimensiones haciéndolo más grande y más pequeño. ¿Se ve correctamente? ¿Pierde su fuerza o por el contrario mantiene el efecto que deseas transmitir? Si las respuestas son positivas, sigue adelante. Recuerda hacer un trazado vectorial del logotipo porque te permitirá re-escalarlo a cualquier tamaño sin perder un ápice de calidad.

 

3.- Atemporal

Es muy fácil dejarse llevar por las modas del momento. En el ámbito del diseño gráfico ocurre lo mismo. Prácticamente cada cierto tiempos encontramos nuevas tendencias para aplicar y seguir. Sin embargo, cuando estamos frente al diseño de un logotipo es fundamental tener claro que este su diseño identificará nuestra marca durante la vida de nuestro negocio. Si optas por incorporar elementos que están de moda, seguramente mostrará un aspecto anticuado dentro de unos años. Por tanto, un buen logotipo será aquel que se mantenga actual hoy y dentro de 25 años.

4.- Hazlo memorable

Como explicábamos al principio, un logotipo debe ser fácilmente identificable, reconocido y recordado por cualquier persona. Para conseguirlo deberás:

– Delimitar claramente el perfil de cliente de tu producto o servicio (edad, sexo, estilo de vida, aficiones, etc) y a partir de esta información ponerte a diseñar.

– Conseguir que el logotipo represente en cierta manera lo que estás vendiendo, lo que ofrece tu empresa o negocio.

– Evocar emociones positivas y eliminar cualquier sentimiento negativo, de rechazo, o actitud inesperada por parte del público objetivo.

 

5.- Haz un diseño apropiado

En ocasiones ocurre que encargamos a un profesional el diseño de nuestro logotipo sin haberle informado con exactitud de la filosofía de nuestro negocio, los valores que queremos transmitir, el perfil de cliente que queremos, etc. Sin esta información, un diseñador gráfico nos presentará propuestas que pueden incluir elementos que se pueden malinterpretar. Para que un diseño sea apropiado es fundamental que la persona que lo realice tenga el máximo de información y que previamente haya podido preguntar todo aquello que necesite saber para lograr un buen resultado. Un consejo es que cuando el logotipo esté acabado lo muestres a alguna persona, preferiblemente que no sea cliente, para que opine y te comente cualquier aspecto que se haya podido pasar por alto.

Conclusión

Un logotipo es la cara de tu negocio, es el intermediario entre tú y el cliente. Es importante conseguir que conecte con él, promueva su confianza y fidelidad y le aporte un significado. Con un buen logotipo, se puede conseguir estar presente en la vida del consumidor o cliente sin que necesariamente exista un contacto real.

 

Fotos: Pinterest

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Escrito por:

Imprentaonline24

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