Pensemos por un momento en un producto o servicio que queremos promocionar a través de un folleto. ¿Cómo lo diseñaríamos? ¿De qué manera lo presentaríamos para que cuando caiga en las manos de alguien, acabe leyéndolo y, sobre todo, interesándose por lo que le ofrecemos? Te explicamos los elementos y aspectos que debes tener en cuenta.
Para empezar, los elementos fundamentales que todo folleto de producto tiene que contener son: texto, gráficos o imágenes y color. A ello, habría que sumar el formato o tipo de folleto que vamos a utilizar.
Cualquier producto gráfico que tiene un carácter promocional debe empezar a gestarse con una planificación previa. No sólo se trata de dar una coherencia a una composición sino también tener claro qué información queremos destacar, a qué público va dirigido, etc. Pero además de definir los ítems o el target, el secreto está en ir más allá y ofrecer datos que nos diferencien respecto a productos y/o servicios similares de nuestra competencia.
Una vez tenemos recopilada esta información, es momento entonces de ponerse a diseñar y jugar con los diferentes elementos.
Las imágenes
Siempre hay que escoger imágenes llamativas, a ser posible a color, que capten la atención a simple vista. Para ello, nada mejor que editarlas con Photoshop o cualquier otro programa de retoque fotográfico para hacerlas más atractivas.
Algunas imágenes dispersan la atención porque contienen mucha información así que intenta recortar todos los elementos que no son necesarios para hacer énfasis en aquello que realmente interesa que se vea.
A la hora de distribuirlas por el folleto, repártelas adecuadamente para que refuercen el texto que vas a introducir.
El texto
Como venimos diciendo, el texto debe ser fácil de leer. Si tienes párrafos bastante largos, divídelos en secciones más pequeñas de tal manera que queden equilibrados con las imágenes o gráficos que vayas a incorporar. Y sobre todo, haz uso de frases impacto para que el público obtenga una primera impresión positiva, incluso a simple vista.
En cuanto a la tipografía, escoge aquella que no canse la vista de los lectores. Como recurso, guarda un perfecto contraste entre las palabras y el color de fondo y, sobre todo, limita la selección a dos o tres fuentes. Intenta también que la fuente más básica ocupe el 80%, frente a otras más creativas que tan solo deberían ocupar el 20% restante.
El color
El color es fundamental en un folleto. Dependiendo de su elección generaremos una emoción u otra. Por tanto, es importante meditar y tener claro con qué tonos vamos a jugar. A la hora de escogerlo, ten en cuenta el tipo de imágenes que estás utilizando y, en definitiva, el producto o servicio que ofreces. Por ejemplo, si estás promocionando un café, quizás el color más adecuado sea el marrón y sus diferentes tonalidades. Para un producto de lujo, te puedes decantar más por un negro y si está relacionado con el ámbito de la salud, el verde y azul suelen ser los más habituales. En cualquier caso, dependerá de tu criterio y gusto.
En función del tipo de folleto
Si escoges un folleto de una hoja, tendrás que condensar mucho más la información que quieres ofrecer. Ahora bien, recuerda que también tienes los dípticos y trípticos, dos excelentes productos gráficos que puedes utilizar cuando necesitas dar más datos. En este caso, es importante saber que cada uno de los paneles u hojas puede contener información diferente –respetando portada y contraportada- pero todos a su vez deben ser coherentes con el mensaje que se quiere trasladar.
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Fotos: Pinterest