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El contraste, repetición, alineación y proximidad en el diseño gráfico

Un buen proyecto gráfico debe tener unas características que lo hagan único y que logre conquistar a la audiencia o público que lo recibe. Si estás ahora mismo en pleno proceso creativo o bien tienes previsto empezar a diseñar en breve, incluso cursar los estudios de diseño gráfico este curso 2016 (o cualquiera de los relacionados como  imagen, moda, diseño web o cualquier doctrina gráfica) ten en cuenta una serie de principios de comunicación visual que todo diseñador o profesional debe anteponer a la hora de crear un proyecto. Si los llevas a la práctica, te asegurarás que no pasará desapercibido en absoluto.

A menudo nos preguntamos qué deberíamos hacer para que nuestro diseño sea diferente al resto e impacte en el receptor, que tenga una información, identidad y emoción en cualquiera de los medios. Tenemos clara la idea que queremos pero no sabemos cómo empezar a plasmarla gráficamente. Buscamos sin parar ejemplos que nos sirvan de inspiración, pero no conseguimos encontrar el efecto que deseamos, es decir, el valor que lo hace irrepetible frente al resto.

¿Qué tengo que entender por C.R.A.P?

Si esto te ha ocurrido puede ser que se deba a que no has aplicado unas normas básicas que responden al acrónimo de C.R.A.P (Contraste, Repetición, Alineación y Proximidad). ¿Te suenan? Seguramente a los alumnos o estudiantes de diseño si. Si no es así, aquí tienes la explicación de cada uno de estos conceptos que se convertirán a partir de ahora en las claves y secretos para lograr una comunicación visual de mensajes efectiva, estética y eficientemente elaborada.

Contraste

Tiene que ver con estímulos sensoriales que permiten resaltar elementos o zonas en una composición mediante la oposición o diferencia entre estas, es decir, en un diseño gráfico se genera contraste cuando hay una diferencia notable entre dos elementos.

El contraste es uno de los principios más divertidos en el diseño gráfico e incluso el más radical. Se trata de arriesgar y que el elemento principal del producto gráfico en torno al cual giran todos los demás, destaque frente al resto. En pocas palabras, se trataría de no ser cobarde y lanzarse con originalidad. Ahora bien, ¿cómo se puede generar contraste en una composición? Hay varias fórmulas:

– Utilizar un tipo de letra a un tamaño grande con uno mucho más pequeño.

– Usar trazos de línea de amplio grosor con otros trazos mucho más finos.

– Utilizar el amplio espectro de colores y mezclar, por ejemplo, un color frío con uno cálido. También puedes jugar con las saturaciones o intensidades.

– Jugar con el espacio entre líneas. Párrafos con un interlineado mayor y bloques de texto con un interlineado menor, creará un contraste inmediato.

– La utilización de texturas completamente diferentes también lograrán este efecto.

Repetición

La repetición no es más que formas idénticas similares que aparecen más de una vez en el diseño, es decir, se trataría de utilizar un mismo elemento varias veces y repartido a lo largo de la composición.

Es muy importante recurrir a la repetición sobre todo cuando estamos diseñando un producto gráfico que consta de varias páginas (catálogo, revista, etc.)

La repetición le da unidad al conjunto del diseño, consistencia y cohesión. A veces incluso en productos de una sola página, como por ejemplo, un díptico o tríptico, da la sensación de continuidad y de que todo está “bien atado”. Sin embargo, no conviene excederse en su uso. Repetir uno o dos motivos gráficos está bien, pero a partir de tres no sería correcto.

En catálogos o revistas la repetición podría darse, por ejemplo, en una misma forma geométrica que apareciera en cada página. Ahora bien, que se repita no significa que tenga que mantener las mismas características. Si consideramos oportuno, podemos ir variando su tamaño o incluso su color.

Alineación

A  todos nos gusta observar un documento ordenado. A la que percibimos cierto caos o dificultad para seguir su lectura, desistimos al momento. La alineación consiste en que nada debe colocarse en una composición de manera arbitraria de tal forma que cada elemento tiene que tener una conexión visual con algo más de la página.

Cuando una composición está alineada, automáticamente nuestro cerebro percata cohesión y orden. Puede que existan elementos separados entre sí pero aún así hay como un lazo invisible que los conecta entre ellos. No importa los tamaños de los elementos o los colores utilizados, en el fondo hay una relación entre ellos que aportan un significado global.

Aunque te parezca sorprendente hasta los diseños más vanguardistas y transgresores guardan una alineación y un orden lógico que aúna todos los elementos que conforman el diseño. Si quieres darle un toque diferente e impactante, no busques una alineación central, recurre a que el origen de tu diseño, el punto de partida de donde nacerá todo, esté en otra zona del documento. Las alineaciones centrales suelen ser más débiles y menos efectistas.

Proximidad

Quizás sea el primer aspecto que debas tener en cuenta a la hora de diseñar. Este principio consiste en que hay que agrupar los diferentes elementos que estén relacionados entre sí para que se aprecien como un grupo cohesionado. Tienes que entender que cuando hay cercanía física, hay relación. Tienes que evitar que haya demasiados elementos independientes en una misma página. Si no hay motivo o explicación alguna para relacionarlos, no los juntes.

Ahora que ya sabes los cuatro principios básicos del diseño, podrás construir productos gráficos con un aspecto mucho más agradable, con una estética que realmente comunique y con ciertos rasgos de sofisticación que ayuden a lanzar un mensaje de manera mucho más profesional y eficaz.

Fotos: Pinterest

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